A todas nos preocupa cuando bajamos de peso el que se nos empiece a colgar la piel.  Y es que cuando dejamos de comer y pasamos largas horas de hambre, nuestro cuerpo comienza a quemar las proteínas de los músculos para proveer de energía al cerebro. Y sí, bajamos de peso, pero perdemos tonicidad muscular; adelgazamos pero terminamos con un cuerpo aguado y fofo.

Para evitar esto elijamos una dieta cetogenica.  Su principal característica de este tipo de dietas es la eliminación casi total de cualquier tipo de carbohidratos, consumiendo solo proteína y grasas.  En términos más entendibles debemos eliminar todo tipo de dulces, refrescos, pan, frutas, pastas y cereales, y los sustituimos por carne, pescado, pollo, huevos, vegetales de hoja verde, aceitunas y cacahuates. De esta manera forzamos al organismo a quemar grasas y obtener compuestos cetonicos a partir de los cuales obtiene glucosa para el cerebro. De aquí viene el nombre de este tipo de dieta.

Sus ventajas son: pérdida de peso acelerada,  reduce los niveles de triglicéridos, no pasa uno hambre ya que se permite de ciertos alimentos comer sin límite; tiene mayor poder saciante ya que al comer proteína y grasa el cuerpo tarda más en procesarlos  y lo principal: se reduce la cantidad de grasa en nuestro cuerpo conservando la masa muscular.

Sus desventajas: la principal es la baja ingesta de fibra, pero esta se soluciona comiendo mucha hoja verde, en especial espinaca, la cual también aporta vitaminas y minerales. También se puede presentar cansancio o fatiga debido a la falta de carbohidratos  y requiere mucha fuerza de voluntad para apegarse a ella.  El mal aliento se puede presentar debido a la formación de cuerpos cetonicos.  Además, no es aconsejable para personas que tienen males hepáticos o cardiacos.

Para evitar estos efectos secundarios se recomienda seguir la dieta estricta durante los primeros 10 días y después ir introduciendo pequeñas cantidades de carbohidratos como frutas o verduras, siempre y cuando no superen el 10% de las calorías totales consumidas.

Los resultados serán asombrosos. Además cuidaremos de  nuestra salud ya que la dieta libre de azúcar es una de las principales armas que tenemos para combatir al cáncer y las enfermedades infecciosas como el COVID-19, en la cual se ha comprobado la influencia del azúcar en la capacidad del virus para infectar las células de muy diversos órganos del cuerpo humano. Y si a eso agregamos que al eliminar los carbohidratos seguimos las recomendaciones del neurólogo David Perlmutter, el cual en su best seller titulado “Cerebro de Pan” les achaca ser la causa de infinidad de enfermedades degenerativas, pues no solo estaremos en camino de tener un cuerpo más delgado y tonificado sino también un cerebro en excelentes condiciones.

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