Quitar la matriz ó histerectomía es la segunda cirugía ginecológica más frecuente, después de la cesárea, afectando a un importante porcentaje de la población femenina, con un gran impacto emocional. La histerectomía es un procedimiento quirúrgico en el cual se extirpa el útero de una mujer. El útero es el órgano reproductor femenino en forma de pera ubicado en la pelvis (entre las caderas). El útero, también llamado matriz, es donde crece el bebé cuando una mujer está embarazada. La extracción del útero provoca la incapacidad total y absoluta de gestar. Asimismo, no volverá a venir la menstruación al faltar el órgano que la produce. Aunque este procedimiento puede ser necesario para tratar diversas condiciones médicas, como el cáncer de útero o el prolapso uterino, también puede tener efectos emocionales y físicos significativos en las mujeres que lo experimentan.
En primer lugar, es importante mencionar que la extirpación del útero puede tener un impacto emocional significativo en las mujeres. Muchas mujeres experimentan sentimientos de pérdida y tristeza después de una histerectomía, ya que se les priva de la capacidad de tener hijos y del cambio hormonal que ocurre durante el ciclo menstrual. El perder la capacidad reproductiva significa para la mujer más que la función misma, ya que representa también la pérdida de la feminidad, de lo femenino por excelencia. A menudo imagina que el coito ya no será posible, teme la extinción de la libido y la pérdida de la capacidad de orgasmo. Además, algunas mujeres pueden experimentar cambios en su sexualidad y en su imagen corporal, lo que puede afectar su autoestima y su relación con su pareja. Aunque parece que la histerectomía tiene poca influencia en la capacidad de orgasmo, la intensidad subjetiva y el placer orgásmico parece cambiar después de la cirugía en un tercio de las mujeres. La extracción del útero puede afectar esta dimensión del funcionamiento sexual ya que las contracciones uterinas se han asociado con el nivel de sensibilidad, placer sexual y orgasmo.
La histerectomía se relaciona con mayor riesgo a largo plazo para problemas de la salud mental, especialmente depresión y ansiedad, dicen los investigadores de un estudio de la Mayo Clinic que abarcó a casi 2100 mujeres. En el post-operatorio inmediato de la histerectomía, se reportan prevalencias de hasta un 84% para depresión y hasta un 92% para ansiedad, respectivamente.
En cuanto a los efectos físicos, la histerectomía puede causar dolor abdominal y pélvico, así como dolor durante las relaciones sexuales. La mayoría de los hombres no sienten ninguna diferencia en sensaciones físicas o satisfacción sexual después de que a su pareja se le haya practicado una histerectomía. Es más bien el temor al dolor lo que más paraliza a la pareja. Siga las instrucciones de su cirujano respecto al momento de volver a tener relaciones sexuales. Por lo general se recomienda esperar de 4 a 8 semanas después del procedimiento.
Además, algunas mujeres pueden experimentar incontinencia urinaria y/o fecal, ya que el útero ayuda a sostener los órganos pélvicos en su lugar. La disfunción de la vejiga es una complicación frecuente después de una histerectomía radical que es causada por el daño a los nervios autónomos pélvicos que inervan los músculos de la vejiga, el esfínter uretral y las fascias del suelo pélvico. Una de las consecuencias de la extirpación del útero puede ser el dolor de espalda, más si la intervención fue abdominal, ya que suele provocar más dolor que la vaginal en el postoperatorio. Incluso también pueden alterar la mecánica de las rodillas, porque de hecho la mujer con histerectomía puede padecer de dolor de rodillas. Se debe evitar levantar objetos pesados durante unas semanas después de la cirugía y se deben restringir las actividades sexuales durante seis a ocho semanas después de la histerectomía. Es importante mencionar que estos efectos secundarios pueden ser temporales o permanentes, y pueden ser tratados con terapia física, medicamentos o cirugía.
En resumen, la histerectomía es un procedimiento quirúrgico que puede tener consecuencias emocionales y físicas significativas en las mujeres. En una histerectomía parcial, se extrae el útero, y en una histerectomía total, se extraen el útero y el cuello del útero. En ambos procedimientos, los ovarios quedan intactos por lo que la producción de hormonas queda intacta. Hay un tercer procedimiento que es la histerectomía radical en la cual se extirpan el útero, el cuello uterino, los ovarios y las trompas de Falopio, en este caso si hay una afectación importante a la producción de hormonas. En las dos primeras la producción hormonal no se interrumpe, aunque puede verse alterado el ciclo al no existir ya la regla mensual. Estas alteraciones pueden desencadenar en la mujer el dominio del estrógeno.
Es importante que las mujeres que están considerando una histerectomía hablen con su médico sobre las posibles consecuencias y cómo pueden manejarlas. Así también analizar a fondo la necesidad de efectuar este procedimiento quirúrgico, del cual en muchos casos se ha abusado, siendo aplicado a muchas mujeres en las cuales se hubieran podido efectuar tratamientos menos agresivos. Desafortunadamente la histerectomía se ha recomendado para muchas irregularidades menstruales, así como quistes, fibromas o miomas, los cuáles pudieron haber sido removidos con cirugía en lugar de extirpar el órgano completo. En Estados Unidos se calcula que por año se realizan más de 600 mil histerectomías totalmente innecesarias.
Además, es importante tener en cuenta que cada mujer es única y puede experimentar diferentes niveles de dificultad y diferentes efectos secundarios.
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